jueves, 30 de marzo de 2017

Confirmación fecha de mesa de final

Confirmamos que la mesa de examen para los alumnos que deben final del 
Curso de Verano 2017 en la materia Psicología y Comunicación (Cátedra Lutzky) será el MARTES 18 DE ABRIL, a las 19:00. En esa ocasión estaremos firmando también las libretas de quienes deseen acercarse con tal objetivo.


Prof. María Marta Villalba y Germán A. Serain


miércoles, 15 de marzo de 2017

Final de cursada + Calificaciones + Devoluciones

"Si nosotros fuésemos Michetti y ganáramos $160.000 al mes, tampoco haríamos paro".



Como tal vez sepan, después de un mes sin avances en la paritaria universitaria se ha convocado a un paro nacional para los días 15, 16, 21 y 22 de marzo, con movilizaciones que culminarán en una marcha federal educativa. En un contexto en el cual muchos docentes están recibiendo llamados intimidatorios para que no adhieran a medidas de fuerza y el gobierno de la Provincia de Buenos Aires "recompensa" con un bono especial a quienes no hayan adherido al paro, pese a haberse declarado quebrado a la hora de negociar aumentos, es que elegimos realizar la entrega de las notas de cursada por este medio, en lugar de hacerlo presencialmente en el horario de clases, tal como lo habíamos previsto en un principio. Lamentamos la situación, y esperamos que sepan comprender que, incluso tratándose de una clase de devolución, estaría mal visto ocupar un espacio áulico en estas circunstancias.

Con respecto a los parciales: las notas que encontrarán debajo responden a la evaluación del parcial cruzada con el presentismo y la participación de cada uno de ustedes. Se valoraron los aportes personales, la claridad conceptual, la exhaustividad, la calidad comunicativa y la pertinencia de los enfoques. Les pedimos a quienes deban presentarse a final que, tal como lo anticipamos en clase, comprendan que se trata de una instancia de encuentro más para poder dar un cierre adecuado al proceso del cuatrimestre. Tengan en cuenta que se abren mesas especiales para este curso de verano, que serán en la primera semana de abril (confirmaremos luego día y horario a través de un posteo en el blog), por lo que les recomendamos que no dejen de presentarse. Allí estaremos también firmando libretas.


Aquellas personas que deseen una devolución pormenorizada a sus parciales, pueden dejarnos sus correos personales en los comentarios de esta entrada, para que así podamos hacerlo. Lo mismo vale para cualquier otra consulta que deseen hacer.

Del mismo modo, nos gustaría mucho que en los comentarios a este posteo también nos dejaran la evaluación que ustedes puedan hacer respecto de nosotros, en lo relativo a la experiencia de este curso de verano.

Brenda Ríos                 6
Camila Daffunchio         6
Carolina Firpo         6
Conny Guillodes         8
Daniel Suárez Muñoz 7
Dhaiana Otarola         6
Eliana Romero         7
Facundo Gionto         8
Fernando Tarocco         9
Florencia Zanetic Finara 8
Francisco Piccini         8
Giselle Bertoia         6
Juan Cruz Ammirato 7
Juan Martín Wisner 7
Katherin Roa Barrios 6
Lara Paula Genini         8
María Eugenia Sirito 6
Mariano Perez Gallardo 9
Melina Bordino         8
Michael Steven Armero Navarrete 9
Michelle Krawchik        8
Román García                6
Ximena González        8
Yamila Maratea       10
Yemina Oubel               7

domingo, 5 de marzo de 2017

Experimentos sociales 3: Milgram

Les dejamos aquí tres videos que reproducen y explican lo que se conoce como el Experimento Milgram (Stanley Milgram es el nombre del científico que lo diseñó). Les pedimos que centren su atención especialmente en la actitud de los sujetos del experimento, pues esa actitud es realmente reveladora. En el caso del segundo video, se trata de un programa completo que mezcla la lógica del Experimento Milgram con la de un reality show televisivo. Las preguntas que se plantean es quién determina, en un contexto social, cuáles son las reglas a seguir y, sobre todo, cómo se asignan las responsabilidades relativas a una supuesta autoridad.

Experimentos sociales 2: La tercera Ola

En 1967 un profesor de historia de la Universidad de Palo Alto llamado Ron Jones pretendió demostrar las condiciones de creación de un estado fascista a través de un modelo virtual dentro del propio instituto. Su objetivo era mostrar a sus alumnos las condiciones que favorecían el totalitarismo a través de un sentimiento de pertenencia a un grupo. Puso entonces en marcha un audaz experimento social que muy pronto se le fue de las manos: los estudiantes involucrados pasaron de ser los 30 de su curso a más de 200. Entre ellos se verificaron numerosos usos simbólicos que marcaban pertenencia al grupo (estéticas y saludos específicos), discursos prearmados e incluso llegó a plantearse una red de informantes que actuaban a la manera de un servicio de inteligencia. Este experimento, denominado la Tercera Ola, no fue una simple anécdota, sino que debería servir como un llamado de alerta permanente. Esta prueba sirvió de base para un libro titulado La ola, a partir de la cual se rodó también una película homónima que pone la acción en la Alemania contemporánea. Les dejo dos enlaces: el primero con un informe documental sobre el experimento, con sus protagonistas reales refiriendo el suceso varios años más tarde. El segundo, son algunos apuntes del propio Ron Jones acerca del experimento en cuestión.

Experimentos sociales 1: La cárcel de Stansford



Esta película, titulada El experimento, está basada en hechos reales. Recrea lo sucedido cuando el Profesor Phillip Zimbardo recreó una situación carcelaria con un grupo de voluntarios en la Universidad de Palo Alto. Lo que se cuestiona es la cuestión de la identidad en relación a un contexto. También les dejo más abajo dos documentales sobre el mismo tema. Y para complementar esto, les dejo esta página con una síntesis preparada por el propio  Phillip Zimbardo (el padre de la criatura) en relación al experimento de la prisión de Stanford. El material, escrito de primera mano, está en español y ofrece un seguimiento bastante pormenorizado de lo que fue ese experimento.

Y estos son los dos documentales sobre el mismo caso.



viernes, 3 de marzo de 2017

Para los nerds

Lo sabemos: hay estudiantes que son fanáticos de nuestros contenidos. Alumnos para quienes esta materia significa algo así como en non plus ultra de los contenidos académicos de la carrera. Para ellos, para nuestros fans, pero también para quienes se encuentren completamente perdidos en la nebulosa de Orión en lo que a los temas vistos en la materia respecta, ponemos a disposición la siguiente compilación de teóricos desgrabados de la cátedra, que no son de este año, pero cuyos contenidos reflejan aspectos fundamentales de la bibliografía obligatoria. Aclaramos, por si hiciese falta, que la lectura de este material no suple la lectura de otros materiales. Pero ayuda.

1. Presentación de la materia (Prof. Daniel Lutzky)
2. La problemática del sujeto en Cs. de la Comunicación (Prof. Daniel Lutzky)
3. Jacques Lacan: Una teoría del sujeto (Prof. Daniel Lutzky)
4. Sigmund Freud: Sus textos sociales (Prof. Daniel Lutzky)
5. Sobre el sujeto y la influencia (Prof. Daniel Lutzky)
6. El individuo, el sujeto y el otro.
Conexiones y desconexiones en la comunicación.
(Prof. Germán A. Serain)
7. Complejidades en torno del esquema de
la comunicación lineal de Shannon.
(Prof. Germán A. Serain)
8. De la subjetividad en su cruce con la estética (Prof. Germán A. Serain)
9. Realidad y desinteligencias en la comunicación (Prof. Germán A. Serain)
10. Constructivismo: La Escuela de Santiago (Prof. Abel Vera Hidalgo)
11. Introducción a la Programación Neurolingüística (Prof. Abel Vera Hidalgo)
12. Metáforas, comunicación y subjetividad(Prof. Abel Vera Hidalgo)
13. Constructivismo y Coaching ontológico (Prof. Abel Vera Hidalgo)
14. Cuerpo, sensibilidad y nuevas tecnologías (Prof. Graciela Smerling)

miércoles, 1 de marzo de 2017

Hombre elefante


Para su película El hombre elefante (1980), David Lynch se inspiró en la historia real de Joseph Merrick, un hombre gravemente deformado que vivió en Londres durante el siglo XIX. Lo mismo que Frankenstein o El jorobado de Notre Dame, es la mirada de los demás la que somete al personaje principal a la condena de ser alguien diferente. Sin el otro, el monstruo no existe.

Hoy encontré un artículo que habla de Anna Coleman. Una artista plástica que, después de la Primera Guerra Mundial, se ocupaba de fabricar máscaras para que los soldados que hubiesen sufrido mutilaciones faciales severas pudieran regresar en alguna medida a la vida social. Me pareció un material interesante para elaborar la cuestión de la identidad a partir de la mirada de los demás.

domingo, 26 de febrero de 2017

Parcial globalizador

Pregunta: ¿Quién soy?

Criterios de evaluación: La respuesta a la pregunta debe dar cuenta del conjunto de los autores y temas abordados durante la cursada. No ponemos un límite de extensión, porque esa variable forma parte de la pauta evaluativa. Recomendamos no abundar de más con el único objetivo de sumar páginas. Tengan presente que el objetivo del parcial es evaluar la comprensión de los contenidos de la materia. Pueden utilizar los recursos que consideren para fortalecer lo escrito. Las citas que utilicen deben estar debidamente identificadas como tales. La fecha de entrega es el 9 de marzo, a las 19:00.

miércoles, 22 de febrero de 2017

Cosas varias 1

YO. Lo digo de nuevo: YO. Definido como el resultado de una lucha constante entre las pulsiones que son propias del ELLO y las regulaciones que impone el SUPERYO, que convierte lo que desearíamos hacer en lo que de hecho hacemos, como un modo de poder vivir en sociedad. Retomo entonces lo que quería decirles: YO pienso que puede ser divertido que vean este video que les propongo más abajo, a cargo de Louis CK. Como se sabe, el humor (incluso cuando es ácido, o sobre todo en tales casos) es uno de los medios por los cuales es posible decir aquellas cosas que no deberían ser dichas. Pero con humor se puede: no es sino un chiste (aunque en todo chiste hay una cierta cuota de verdad, Freud dixit). Pasa en el humor, como pasa en el arte, como pasa en los sueños o en el juego. Estos hacer-como-si, nos permiten hacer catarsis. Hagamos un poco, entonces.

  


Pero quiero compartir además otras cosas. Por ejemplo, el enlace a un artículo publicado en su momento en Página 12, firmado por Silvia Ons, titulado "Medias naranjas no me quedan".

Allí, entre otras cuestiones, se trabaja la idea del otro a nivel de la sexualidad entre el hombre y la mujer, a partir del mito del andrógino, que habla mucho del concepto mismo del otro. Y hay también sentencias muy interesantes, como la de Jacques-Alain Miller, al afirmar que "amamos a aquel o a aquella que podría responder a la pregunta acerca de quiénes somos". O ya sobre el final, luego de relacionar las temáticas del amor y la muerte: "Los amores imposibles son los que aspiran a una eternidad en cuanto no se realizan, pero al mismo tiempo son amores muertos, coagulados en un eterno presente, fijos en lo que podría haber sido"..

En fin, ustedes vean si les sirve, o de qué manera. Y de paso, dejo también un par de videítos relativos al tema del amor, como para matar el rato. O para hacer catarsis. También somos esto.







Por cierto: María Eugenia compartió con nosotros el libro completo de Joel Dor Introducción a la lectura de Lacan. Para quien quiera indagar en él, está disponible en este enlace.

Cosas varias 2

Ayer hablábamos, entre otras cosas, de felicidad. Me acordé de esta entrevista a Giles Lipovetsky, dentro de la cual, dicho sea como de paso, Freud no está ausente.


“El consumo te brinda pequeñas felicidades. Claro que no duran.”

Entrevista a Giles Lipovetsky, filósofo y sociólogo francés
 Por Patricia Kolesnicov

Artículo aparecido en el diario Clarín, 08-06-2014.

-¿Entonces ahora somos menos felices?

-Esa será la pregunta que cierre esta entrevista. Hoy, con todo lo que tenemos, ¿somos menos felices? Es que el filósofo Gilles Lipovetsky tiene mucho que decir sobre estas cosas. De hecho, vino al país a hablar de consumo y felicidad. Pero eso será al final. Para empezar, hay que saber que este señor que ahora gesticula enfático y que pronto aconsejará cierta moderación en el consumo es el mismo que hace algo más de tres décadas empezó a hablar de la posmodernidad, una nueva forma de ser en el mundo en que nada –ni el amor, ni el trabajo, ni el género– es fijo, el hedonismo manda y el consumo es el acceso al bienestar. Este filósofo que fue leído en todo el mundo y que ahora va a decir que hay que estudiar con rigor y, sí, sufrir un poco para aprender, en su libro La era del vacío, de 1983, describía el nuevo mundo de una manera que explicó muy bien el sociólogo Marcelo Pisarro: “El capitalismo moderno había provocado una complicada ruptura en el mundo occidental y había conducido a una sociedad individualista, risueña, cool, respetuosa de las diferencias e irrespetuosa de las jerarquías, ávida de identidad, apática y narcisista, escéptica de los grandes relatos y de los corsés ideológicos, emancipada de los centros y de las represiones, desenfadada, irónica, nostálgica, consumista, ligera, en fin, posmoderna. (...) Si el embajador de la modernidad era Conan el Destructor, el representante de la posmodernidad era Forrest Gump .” Después, Lipovetsky reemplazó el término de “posmodernidad” por el de “hipermodernidad”, donde la cultura es inseparable de la industria y vivimos un hiperindividualismo. Así es que Lipovetsky estuvo en la Argentina hace unos días, invitado por la Fundación Osde para hablar sobre “La sociedad del hiperconsumo. ¿Somos más felices?”

-¿Por qué vincula consumo con felicidad. ¿Qué tienen que ver?

-Tienen mucho que ver. El consumo tiene un objetivo y es el de incrementar el bienestar. Eso no es la felicidad pero son momentitos de felicidad. Si te comprás una casa, si hacés un viaje, es porque esperás de eso algún bienestar. La dinámica del consumo se legitima en nombre de la felicidad privada. ¿Vas al cine? ¿Qué te venden? Dos horas de felicidad. Todos los productos de consumo se venden por ese artilugio.

-Cualquier adulto sabe que eso no funciona, no hace falta ser Gilles Lipovetsky...

-¡Seguro! Eso es la retórica de la felicidad.

-Hay una distancia entre la retórica de la felicidad y la felicidad.

-Cierto. Pero no se trata de una ilusión total. El consumo te brinda pequeñas felicidades. Llevás a tus hijos a Disney; ellos están felices y vos también. Te compraste el último celular inteligente… estás contenta. Claro que no dura, son felicidades pequeñas.

-¿Y qué es la felicidad?

-¿La felicidad? Es una relación de uno con uno mismo y de uno con los demás. El consumo, en cambio, es una relación de vos con una cosa.

-¿Un ejemplo?

-De uno mismo con uno mismo: podrás tener la tablet, el teléfono, la casa, lo que se te ocurra, pero si tu trabajo no te gusta, si hay aspectos de tu vida que no te gustan, todo el resto no vale. Con lo cual hay felicidad solamente cuando hay paz interior. Los filósofos siempre lo plantearon de esa manera: los epicúreos, los estoicos, las escuelas cínicas, todos muestran que la sabiduría es la serenidad. Si estás en conflicto con vos misma, porque el modo de vida que tenés no te gusta, porque tenés que estar a las corridas, entonces podés ir a comprar, a consumir, al cine y eso te va a dar pinceladas de felicidad pero en el fondo sos una desgraciada.

-¿Y en el vínculo con los demás?

-Mal podés ser feliz si estás en tensión con los demás. Si tenés un conflicto grave, si tu jefe te está hostigando, tu vida es espantosa. Podrás comprarte lo que se te ocurra y vas a estar traumatizada. La idea de que el consumo puede darte la felicidad es una estupidez.

-Ya las abuelas decían que la plata no hace la felicidad...

-Mmm... Se hicieron estudios con cifras y se vio que la fórmula “La plata no hace la felicidad” es verdadera y falsa. En las encuestas sobre felicidad, los que se declaran menos felices son los más pobres. Si no tenés techo y además podés estar enfermo, tener frío, es imposible ser feliz. El peso de las cosas es tan enorme que torna imposible la felicidad. A ese nivel, la plata contribuye a la felicidad. Pero también se pudo demostrar que llega un momento en que ganás más, más plata y no te da más felicidad. Hay un umbral.

-¿Esta aceleración del consumo no tiene que ver con modelos económicos basados en su estímulo? Si el consumo mueve la economía, hace falta consumo

-Como sabés, en las economías hiperdesarrolladas hoy el motor del crecimiento es el consumo de los hogares. En Estados Unidos, el 70 por ciento del PBI viene de allí. Si la gente no compra, se desmorona la economía. En Francia es el 60 por ciento. En la sociedad de hiperconsumo, el consumo pasó a ser el motor de la economía.

-En este contexto nosotros, cada uno, ¿tenía alguna alternativa a convertirse en un hiperconsumidor? ¿O fue la máquina económica del mundo la que nos inventó como consumidores?

-Esencialmente, es así, nos inventaron. Fijate: hace poco la tablet no la deseaba nadie, ¡no existía! Y ahora quiero la mía. Claro que es el sistema: Marx ya lo dijo: es la producción lo que genera el deseo. Ahora bien: hoy el sistema es tan potente que no deja de inventar nuevas necesidades. Y generó la hiperelección. Es decir: dentro de la hiperelección volvés a tener un margen de autonomía. Vos tenés un teléfono inteligente y mirá, yo tengo un teléfono viejo. No es una cuestión de plata: no me lo compré por elección. Tenés una autonomía individual que no te obliga a consumir.

-Usted se preguntó si había sido bueno darle tanta importancia al hedonismo y si es hora de cuestionarnos qué es una buena vida.

-Epicuro decía que se hace algo porque se espera sacar de eso un placer y que escapamos de aquello que nos puede generar dolor. El capitalismo de hiperconsumo hizo reventar eso, el hedonismo está difundido, sacralizado y en todos lados. Los conservadores denuncian eso. Dicen que el sistema es hedonista y que hace que la gente sea egoísta, que arruina el futuro porque la gente está mirando la tele, son tarados, miran pornografía en vez de cosas de calidad, los turistas son vulgares, comen sándwiches en los museos. Con lo que surge la idea de que en se trata de un sistema democrático, sí, pero de una democracia que corrompe los verdaderos valores. Yo no sería tan estricto. Pienso que el hedonismo ha hecho mucho bien. Que el hecho de que la gente viaje, que escuche música con facilidad, que todo el mundo se pueda vestir más o menos a la moda, que se pueda llamar por teléfono a todos lados, que uno pueda cuidarse —el hedonismo son también los medicamentos que uno consume— todo eso es positivo. El problema es que este sistema transformó el hedonismo en un absoluto: no propone ninguna otra cosa, no hay otra finalidad de existencia. Y eso no está bien.

-¿Por qué?

-El placer como medio, bárbaro. Si es como fin, es pobre. Un ser humano no es sólo una máquina de placer. A menudo lo que te da placer no te lo da de inmediato, hay que sufrir un poco para conseguir un placer.

-¿Cómo es eso?

-Mientas escribo un libro no tengo un orgasmo cada quince minutos, es algo difícil. Pero luego vendrá el placer. Es una visión muy pobre del ser humano el reducirlo al consumo. El ser humano piensa, trabaja, ama… Si hablamos de educación, eso no es hedonismo, es trabajo. Si sos madre y sólo das educación de placer, tus hijos no van a crecer. En algún momento vas a tener que apretar las clavijas. De lo contrario. La escuela no está para dar felicidad, está para enseñar. Hay que aprender.

-En este país resulta paradójico hablar de hiperconsumo. No hay veinte tipos de queso en el supermercado y hay miles de personas durmiendo en la calle y comiendo de la basura.

-Hay una brecha enorme de desigualdades y el drama es que aún esos pobres de los que hablás son hiperconsumidores… en su cabeza. Ellos también ven la tablet, la quieren, porque saben que existe. Antes los pobres vivían en el campo, no viajaban, vivían pobres, no hablaban por teléfono, no había moda. Hoy es más difícil ser pobre porque en la cabeza hay una contradicción. “Yo también tengo derecho al consumo”, se dicen. Y es insoportable, porque tiene que ver con la dignidad.

-¿Entonces ahora somos menos felices?

-Hace un siglo Freud se ocupaba de burguesas histéricas, frígidas; tampoco eran felices. No dramaticemos. Ahora las mujeres no son frígidas, tienen otros problemas. La felicidad y la infelicidad son muy complejas, no son fáciles de medir. Creo que con la excepción de momentos de dramas espantosos, la sumatoria de felicidades y desgracias no debe haber cambiado mucho en la historia de la humanidad.

jueves, 16 de febrero de 2017

Mapas 2

Les dejo varios materiales que hacen a la cuestión de los mapas y las construcciones de la realidad. Estos experimentos sociales tienen que ver con la empatía, tanto como con la construcción de las identidades (propias y ajenas).

En este experimento social, un mendigo pide dinero en la calle. Luego, la misma persona, en el mismo lugar, realiza la misma acción, pero esta vez vestido como una persona sin mayores problemas económicos.




En este segundo video, una misma persona se desmaya en una plaza pública, en un caso vestido como una persona de clase media/alta y en el otro caso disfrazado de mendigo. Adivinen en cuál de los dos casos la gente acude pronta a brindar su ayuda...




En estos otros videos, el experimento tiende a que un grupo de niños establezca un reconocimiento de un muñeco bueno/lindo/listo en contraste con un otro muñeco malo/feo/tonto. A los niños se les da a elegir entre dos muñecos idénticos, cuyo único rasgo distintivo es el color de su piel. El primero de los videos que van a ver está realizado con niños de México. El segundo fue recreado por la CNN con niños británicos. Les ruego que presten especial atención, en este segundo caso, a la reacción de la mamá de la niña. El tercero tiene la particularidad de estar realizado directamente con niños con rasgos afroamericanos.








Un último experimento: la idea sigue siendo indagar sobre parámetros que se relacionan con el comportamiento social. El psicólogo Social Albert Bandura quiso estudiar el aprendizaje social en los niños, es decir la forma en que estos aprenden por imitación. Bandura expuso a un grupo de niños a diferentes patrones de conducta de los adultos, algunas altamente agresivas y otras sin agresividad. Luego buscó estudiar si los niños repetían la conducta vista en el adulto cuando éste no se hallaba presente. Bandura confirmó cuatro hipótesis: 1) Que los niños que habían visto la conducta agresiva del adulto tendían a imitarla. 2) Que los niños que habían visto al adulto no agresivo eran menos agresivos incluso que el grupo control (aquel que no vio ningún modelo de adulto). 3) Que los niños eran más proclives a imitar la conducta del adulto si éste era de su mismo género. 4) Que los varones eran más proclives que las mujeres a exhibir conducta agresiva. Para el experimento, Bandura utilizó un conjunto de 36 niños varones y 36 mujeres. 24 niños fueron expuestos a conductas agresivas, 24 a no agresivas y 24 formaron el grupo control. La exposición a la conducta del adulto se hizo haciendo entrar a cada niño en una sala y se lo sentaba en un rincón rodeado de juguetes. Del otro lado de la sala se situaba el adulto con un muñeco Bobo. Allí los encargados de mostrar conductas agresivas dañaban verbalmente a Bobo y lo agredían físicamente, mientras que el modelo no agresivo jugaba con otros juegos e ignoraba completamente a Bobo. Pasado el momento de exposición al modelo adulto, los niños volvían a entrar en la salita. Los investigadores estudiaban la conducta de los niños midiendo la agresión que ahora ellos presentaban hacia Bobo. No parece demasiado difícil extender lo que se ve en esta experiencia a nuestro ámbito social cotidiano...

Mapas 1


En relación al texto "Forma, sustancia y diferencia" de Gregory Bateson y su metáfora relativa a los mapas... El mapa que se reproduce más arriba se conoce como Mapa de Gall-Peters y es una alternativa, generada por primera vez en el año 1856, al mapamundi Mercator, que es el que utilizamos habitualmente nosotros. El problema es cómo representar en dos dimensiones algo que originalmente existe en tres. Sería algo así como desplegar la cáscara de una naranja en un espacio rectangular: resulta simplemente imposible hacerlo sin romperla ni deformarla. Eso es lo que hace el mapamundi de Mercator: deforma, convirtiendo la esfera en un cilindro primero, y desplegándolo después en una superficie plana. También deforma el mapa de Peters, pero como lo hace a partir de una ubicación diferente del Ecuador, más cercana a su posición real, modifica ciertas proporciones en relación al planisferio de Mercator. Por lo demás, en cuanto a la arbitraria distribución de norte y sur en relación a un arriba y un abajo... Sucede que en realidad "en el Universo no hay arriba y abajo ni norte y sur: sólo dentro y fuera". Esto lo asegura Buckminster Fuller, el autor del planisferio conocido como Dymaxion, que puede verse en la imagen de aquí abajo, que para atenuar las modificaciones generadas por el aplanamiento de esa esfera que es nuestro planeta propone una serie de cortes que permitan distribuir mejor nuestra cáscara de naranja sobre un plano.


En definitiva, lo cierto (y lo que a nosotros nos interesa) es que todo mapa, toda representación, será siempre y necesariamente en cierto punto falaz. Y en cierto punto también será política, en tanto se trata de posicionar una visión sobre la realidad de manera tal que venga a ocupar el lugar de ésta. Quien lo logre, habrá logrado imponer un punto de vista. En definitiva, siempre hay entonces, detrás de todo punto de vista, una cuestión relacionada con los juegos de poder. Fuera de estos juegos de poder, la verdad es que toda representación será siempre relativa a la perspectiva adoptada por un observador. Nuestra "realidad" está formada por representaciones. Es una realidad social y discursiva, nunca una realidad ontológica. Comprender esto cabalmente no hará que nuestro mundo sea ni más ni menos real de lo que es, pero seguramente nos servirá para alejarnos de posicionamientos absolutistas que sólo den lugar a nuestras miradas, sin posibilidad alguna de evolución para nuestras ideas o las de otros.

Máscaras, disfraces y desnudos



Las máscaras, los disfraces, sirven tanto para ocultar como para mostrar. A veces operan estas dos acciones de manera simultánea. En algunos casos estas máscaras enfatizan determinados aspectos de una personalidad que es nuestra, al mismo tiempo que nos sirven para tomar distancia de nosotros mismos. A veces las máscaras sirven también como una coraza, al robarle al otro lo que de otro modo nos dejaría expuestos a su mirada. O bien, al ser el personaje quien debe hacerse cargo, el disfraz nos ofrece la impunidad que garantiza todo corrimiento identitario.




Curiosamente, la máscara y el disfraz también se relacionan con la desnudez. Más de una vez les habrá pasado: soñar que andan desnudos por el mundo, y tal vez haber sentido vergüenza por eso... (En realidad no estoy desnudo -diría Descartes- pues se trata sólo de un sueño; pero la vergüenza que siento, curiosamente, ella sí es real, es legítima, e incluso me demuestra que existo). En el análisis psicoanalítico, soñar que se está desnudo suele ser interpretado como una manifestación de un sentimiento de indefensión, de saberse expuesto y desarmado. Porque la desnudez es eso: estar desarmado ante la mirada del otro. Aunque no en todos los casos funciona así, porque para algunas personas animarse a estar desnudo, mostrándose, puede funcionar también como una reafirmación. Algo así como decir: "Yo me animo a algo a lo cual vos no te animás; allí donde vos te sentís indefenso o cohibido, yo hago de la desnudez una fortaleza."




Spencer Tunick es un fotógrafo. En mi opinión, y la de muchos otros, también es un artista. Pero fundamentalmente, para muchísimas personas, es un nombre que representa una excusa. Tunick fotografía personas desnudas. Por lo general, multitudes desnudas, en contextos urbanos en los cuales un desnudo es algo que escapa de lo normal. Si buscan el nombre de este fotógrafo en Internet, en la opción de buscar imágenes de Google o Yahoo, podrán ver algunos de sus trabajos. También pueden visitar su página web. Miren sus fotos. O vean estos videos, que comentan la experiencia realizada en México. Presten atención, sobre todo, a las declaraciones de los participantes.

Alguna vez Tunick también estuvo en Buenos Aires. Pero me parece que la cobertura de los medios mexicanos fue mejor.


La desnudez claramente guarda una íntima relación con el tema de la mirada de los demás. En un mundo donde todos fuésemos ciegos, la desnudez tendría un significado diferente. Podríamos pensarlo también en función de la cosmogonía cristiana: el pecado original supone una relación directa con la desobediencia, atada a su vez al conocimiento (el pecado fue comer el fruto del árbol prohibido, el de la sabiduría, a partir de lo cual el hombre supo que estaba desnudo; pérdida de la inocencia por partida doble: por la desobediencia en sí misma y porque a partir de ella conoció lo que antes inocentemente desconocía). La primera evidencia fue el saberse desnudos ante la mirada del Gran Otro, y sentir vergüenza por ello. Curiosamente, perdida la inocencia, la rebelión pasará a estar representada, en la misma cultura, ya no por cubrirse, sino por poder exhibirse sin pudor. Tal vez, porque del mismo modo que en su momento el conocimiento fue poder (conozco que estoy desnudo), también la superación del pudor es una demostración de fuerza.

miércoles, 15 de febrero de 2017

Amores (para uso interno de la cáteda...)

 "Amamos a aquel que responde a nuestra pregunta: ¿Quién soy yo?"  

(Entrevista realizada a Jacques-Alain Miller. Hanna Waar, para Psychologies Magazine, octubre 2008, n° 278.)

"El amor se dirige a aquel que, pensamos, conoce nuestra verdad y nos ayuda a encontrarla soportable" (Jacques-Alain Miller)

Hanna Waar: ¿El psicoanálisis enseña algo sobre el amor?

Jacques-Alain Miller: Mucho, pues es una experiencia cuyo resorte es el amor. Se trata de ese amor automático, a menudo inconsciente, que el analizante dirige al analista, que se llama transferencia. Es un amor artificial, pero de la misma estofa que el amor verdadero. Saca a la luz su mecánica: el amor se dirige a aquel que usted piensa que conoce su verdad verdadera. Pero el amor permite imaginar que esta verdad será amable, agradable, mientras que de hecho es muy difícil de soportar.

H.W.: ¿Entonces, qué es verdaderamente amar?

J-A.M.: Amar verdaderamente a alguien es creer que amándolo se accederá a una verdad sobre sí mismo. Amamos a aquella persona que esconde la respuesta, o una respuesta, a nuestra pregunta: "¿Quién soy yo?"

H.W.: ¿Por qué algunos saben amar y otros no?

J-A.M.: Algunos saben provocar el amor en el otro, los serial lovers, si puedo decirlo, hombres y mujeres. Saben qué botones apretar para hacerse amar. Pero ellos no aman necesariamente, juegan más bien al gato y al ratón con sus presas. Para amar, hay que confesar su falta, y reconocer que se necesita al otro, que le falta. Aquellos que creen estar completos solos, o quieren estarlo, no saben amar. Y a veces, lo constatan dolorosamente. Manipulan, tiran de los hilos, pero no conocen del amor ni el riesgo ni las delicias.

H.W.: "Estar completo solo": sólo un hombre podría creer eso…

J-A.M.: ¡Bien dicho! Amar, decía Lacan es dar lo que no se tiene. Lo que quiere decir: amar es reconocer su falta y darla al otro, ubicarla en el otro. No es dar lo que se posee, bienes, regalos. Es dar algo que no se posee, que va más allá de sí mismo. Para eso, hay que asumir su falta, su "castración", como decía Freud. Y esto, es esencialmente femenino. Sólo se ama verdaderamente a partir de una posición femenina. Amar feminiza. Por eso el amor es siempre un poco cómico en un hombre. Pero si se deja intimidar por el ridículo, es que en realidad, no está muy seguro de su virilidad.

H.W.: ¿Sería más difícil amar para los hombres?

J-A.M.: ¡Oh sí! Incluso un hombre enamorado tiene retornos de orgullo, lo asalta la agresividad contra el objeto de su amor, porque este amor lo pone en una posición de incompletud, de dependencia. Por ello puede desear a mujeres que no ama, para reencontrar la posición viril que él pone en suspenso cuando ama. Freud llama a este principio la "degradación de la vida amorosa" en el hombre: la escisión del amor y del deseo.

H.W.: ¿Y en las mujeres?

J-A.M.: Es menos habitual. En el caso más frecuente, hay desdoblamiento del partenaire masculino. De un lado, está el amante que las hace gozar y que desean, pero está también el hombre del amor, que está feminizado, profundamente castrado. Sólo que no es la anatomía la que comanda: hay mujeres que adoptan una posición masculina, incluso las hay cada vez más. Un hombre para el amor, en la casa, y hombres para el goce, que se encuentran en Internet, en la calle, o en el tren…

H.W.: ¿Por qué cada vez más?

J-A.M.: Los estereotipos socioculturales de la feminidad y de la virilidad están en plena mutación. Los hombres son invitados a alojar sus emociones, a amar, a feminizarse. Las mujeres conocen, por el contrario, un cierto "empuje al hombre": en nombre de la igualdad jurídica, se ven conducidas a repetir "yo también". Al mismo tiempo, los homosexuales reivindican los derechos y los símbolos de los héteros, como el matrimonio y la filiación. De allí que hay una gran inestabilidad de los roles, una fluidez generalizada del teatro del amor, que contrasta con la fijeza de antaño. El amor se vuelve "líquido", constata el sociólogo Zygmunt Bauman[1]. Cada uno es conducido a inventar su propio "estilo de vida", y a asumir su modo de gozar y de amar. Los escenarios tradicionales caen en lento desuso. La presión social para adecuarse a ello no ha desaparecido, pero es baja.

H.W.: "El amor siempre es recíproco", decía Lacan. ¿Aún es verdadero en el contexto actual? ¿Qué significa eso?

J-A.M.: Se repite esta frase sin comprenderla, o se la comprende de través. No quiere decir que basta con amar a alguien para que esa persona nos ame. Eso sería absurdo. Quiere decir: "Si yo te amo, es que tú eres amable. Soy yo quien ama, pero tú también estas implicado, puesto que hay en ti algo que hace que te ame. Es recíproco porque hay un ir y venir: el amor que tengo por ti es el efecto de retorno de la causa de amor que tú eres para mí. Por lo tanto, algo tú tienes que ver. Mi amor por ti no es sólo asunto mío, sino también tuyo. Mi amor dice algo de ti que quizá tú mismo no conozcas." Esto no asegura en absoluto que al amor de uno responderá el amor del otro: cuando eso se produce siempre es del orden del milagro, no se puede calcular por anticipado.

H.W.: No se encuentra a su cada uno o a su cada una por azar. ¿Por qué él? ¿Por qué ella?

J-A.M.: Existe lo que Freud llama Liebsbedingung, la condición de amor, la causa del deseo. Es un rasgo particular –o un conjunto de rasgos- que tiene en cada uno una función determinante en la elección amorosa. Esto escapa totalmente a las neurociencias, porque es propio de cada uno, tiene que ver con la historia singular e íntima. Rasgos a veces ínfimos están en juego. Freud, por ejemplo, había señalado como causa del deseo en uno de sus pacientes ¡un brillo de luz en la nariz de una mujer!

H.W.: Nos es difícil creer en un amor fundado sobre esas naderías.

J-A.M.: La realidad del inconsciente supera a la ficción. Usted no tiene idea de todo lo que se funda, en la vida humana, y especialmente en el amor, en bagatelas, cabezas de alfiler, "divinos detalles". Es verdad que es sobre todo en el macho que encontramos tales causas del deseo, que son como fetiches cuya presencia es indispensable para desencadenar el proceso amoroso. Particularidades nimias, que recuerdan al padre, la madre, el hermano, la hermana, tal personaje de la infancia, juegan también su papel en la elección amorosa de las mujeres. Pero la forma femenina del amor es más erotómana que fetichista: quieren ser amadas, y el interés, el amor que se les manifiesta, o que suponen en el otro, es a menudo una condición sine qua non para desencadenar su amor, o al menos su consentimiento. El fenómeno está en la base de la conquista masculina.

H.W.: ¿Usted no le adjudica ningún papel a los fantasmas?

J-A.M.: En las mujeres, sean conscientes o inconscientes, son determinantes para la posición de goce, más que para la elección amorosa. Y es a la inversa para los hombres. Por ejemplo, ocurre que una mujer no pueda obtener el goce –digamos el orgasmo– sino a condición de imaginarse a sí misma durante el acto siendo golpeada, violada, o siendo otra mujer, o incluso estando en otra parte, ausente.

H.W.: ¿Y el fantasma masculino?

J-A.M.: Está muy en evidencia en el enamoramiento. El ejemplo clásico, comentado por Lacan, está en la novela de Goethe[2], la súbita pasión del joven Werther por Charlotte, en el momento en que la ve por primera vez, alimentando a un grupo de niños que la rodea. Aquí es la cualidad maternal de la mujer lo que desencadena el amor. Otro ejemplo, tomado de mi práctica, es este: un jefe en la cincuentena recibe candidatas para un puesto de secretaria. Una joven mujer de 20 años se presenta y le desencadena inmediatamente su fuego. Se pregunta qué le pasó, entra en análisis. Allí descubre el desencadenante: encontró en ella rasgos que le evocaban lo que él mismo era a los 20 años, cuando se presentó a su primera solicitud de trabajo. De algún modo se enamoró de sí mismo.

H.W.: ¡Se tiene la impresión de que somos marionetas!

J-A.M.: No, entre tal hombre y tal mujer, nada está escrito por anticipado, no hay brújula, no hay relación preestablecida. Su encuentro no está programado como el del espermatozoide y el del óvulo; nada que ver tampoco con los genes. Los hombres y las mujeres hablan, viven en un mundo de discurso, es eso lo que es determinante. Las modalidades del amor son ultrasensibles a la cultura ambiente. Cada civilización se distingue por el modo en que estructura su relación entre los sexos. Ahora, ocurre que en Occidente, en nuestras sociedades, a la vez liberales, mercantiles y jurídicas, lo "múltiple" está en camino de destronar el "Uno". El modelo ideal de "gran amor para toda la vida" cede poco a poco el terreno ante el speed dating, el speed living y toda una profusión de escenarios amorosos alternativos, sucesivos, incluso simultáneos.

H.W.: ¿Y el amor en su duración? ¿En la eternidad?

J-A.M.: Balzac decía: "Toda pasión que no se crea eterna es repugnante"[3]. ¿Pero el vínculo puede mantenerse toda la vida en el registro de la pasión? Cuanto más un hombre se consagra a una sola mujer, más ella tiende a tomar para él una significación maternal: tanto más sublime e intocable cuanto más amada. Son los homosexuales casados lo que desarrollan mejor este culto de la mujer: Aragon canta su amor por Elsa cuando muere, ¡buen día a los muchachos! Y cuando una mujer se apega a un solo hombre, lo castra. Por lo tanto, el camino es estrecho. El mejor destino del amor conyugal es la amistad, decía en esencia Aristóteles.

H.W.: El problema es que los hombres dicen no comprender lo que quieren las mujeres, y las mujeres, lo que los hombres esperan de ellas…

J-A.M.: Sí. Lo que es una objeción a la solución aristotélica es que el diálogo de un sexo con el otro es imposible, suspiraba Lacan. Los enamorados están de hecho condenados a aprender indefinidamente la lengua del otro, a tientas, buscando las claves, siempre revocables. El amor es un laberinto de malentendidos cuya salida no existe.
 
Traducción: Silvia Baudini

Notas
1- BAUMAN, Zygmunt:. Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos.
2- GOETHE, Johann Wolfgang: Los sufrimientos del joven Werther.
3- HONORATO de BALZAC: en La Comedia humana, vol. VI "Estudios de las costumbres: escenas de la vida parisina".

jueves, 9 de febrero de 2017

Miradas II + descripciones y abrazos

En los comentarios a este posteo escriban qué les pasó en el marco del ejercicio de observar y ser observados por el otro, de tener que describir y ser descriptos por el otro. Cuenten qué les pasó durante el ejercicio, en el momento del abrazo y más tarde, al leer lo que el otro descubrió o inventó respecto de ustedes.


Y al margen de la consigna, aunque todo tiene que ver con todo, les dejamos un ilustrativo video protagonizado por Feinmann "El Bueno", como un aporte adicional al tema de la mirada del otro, incluida la famosa frase de Sartre: "Somos lo que hacemos con lo que los demás hacen de nosotros".

Recuerden que para la próxima clase, el martes 14, deben traer leído el texto de Michael Henry publicado en los apuntes y VENIR A CLASE DISFRAZADOS. (...)
(Estas cosas nos van a hacer mala fama, denlo por seguro...)


martes, 7 de febrero de 2017

Miradas



Como nota al margen: una vieja publicidad...

En los comentarios a este posteo, cuenten cómo vivieron el ejercicio de la clase de hoy.

El texto para leer para la semana que viene: Alain Finkielkraut, La sabiduría del amor.

Acerca del Zen (II): Las cuatro nobles verdades

Las Cuatro Nobles Verdades del budismo son:

1. El sufrimiento es propio de la condición humana.
2. El sufrimiento está ocasionado por el deseo insatisfecho.
3. Si se suprime el deseo, desaparece el sufrimiento.
4. Es posible suprimir el deseo.

Por su parte, Jagger y Richards nos recuerdan lo difícil que es quedar satisfechos:


Deseo e insatisfacción. "¿Cómo podríamos ser felices, con todo lo que nos falta conocer del mundo?", podría preguntarnos Fausto. Y seguramente él hablaría de conocimientos, pero para el caso también podríamos estar hablando de dinero, de bienes materiales, o simbólicos, de un título universitario, de experiencias sensuales, de pasiones diversas. Fausto es el arquetipo. Pero también podríamos hablar de Mick Jagger, del amante Don Juan, del muchacho que quiere una guitarra eléctrica hasta el momento en que la tiene y pasa a desear otra cosa, o de cualquiera de nosotros. Porque a todos nos pasa más o menos lo mismo.


Don Juan es hermano de Fausto en la frustración. La vida no le alcanzará a ninguno de los dos para completar el objetivo que se han impuesto: en el caso de Fausto siempre habrá más cosas por saber; para Don Juan siempre habrá una mujer más por conquistar. Ambos se sienten frustrados e incompletos. Don Juan lucha con las pasiones y con el drama de la finitud humana, con el que también lidia Fausto, quien en su afán por comprenderlo todo pretende en definitiva parecerse a Dios, como el legendario y bello ángel caído. La referencia bíblica no es gratuita: en las cosmogonías es posible encontrar cosas de lo más interesantes, que nos conectan con nuestras realidades. Por ejemplo, ya que de Fausto hablamos: es en el fruto prohibido del árbol de la sabiduría, del conocimiento del bien y del mal, donde el hombre encuentra fatalmente la condena derivada del pecado originario. Mala prensa para el positivismo.

Oswald Spengler, en su libro La decadencia de occidente, habla del hombre fáustico como modelo del hombre occidental: se trata de un hombre permanentemente insatisfecho, tanto da que se llame Fausto, Don Juan, que tenga tu nombre o el mío. Siempre le faltará algo para sentirse completo, con lo cual vivirá en un estado de tensión permanente, que se parecerá mucho al sufrimiento: frustración, insatisfacción, angustia de saber que hagamos lo que hagamos nunca será suficiente.


"So many books, so little time", dice la remera que luce Rodrigo Fresán en la fotografía que ilustra la solapa de uno de sus libros. Cosa curiosa: no recuerdo el contenido del libro, pero la remera quedó marcada en mi cabeza. "So many women, so little time", se lamentaría Don Juan. Y en definitiva es lo mismo. También Cortázar se angustiaba, en algún pasaje de Rayuela, ante la evidencia de una vida tan corta para tantas bibliotecas. Una excelente psicóloga, con la cual alguna vez me traté, declaraba no saber nada de zen, pero me recomendaba focalizar siempre en las cosas de manera tal que lo mucho que siempre e inevitablemente falta no nos impida ver lo mucho que se tiene. Mi maestro de tai chi zen, en cambio, hubiese dicho que para que algo nos falte tenemos primero que dejarnos ganar por la falacia de que somos algo separado del resto del mundo. Yo los escucho a los dos, pero Fausto y Don Juan siguen allí. Fausto tiene puesta una remera que ya he visto en alguna otra parte, y Don Juan trae de la mano a una señorita de la cual sería muy difícil evitar enamorarse; sería una pena enorme morir sin haber gozado de sus encantos. Entonces me despierto... pero no estoy seguro de no seguir soñando.


Pregunta para nada inocente: ¿Dirías que esta sociedad, que nos ofrece y muestra cientos y miles de placeres posibles, que nos estimula, que nos enciende, determina una cultura del hedonismo o más bien del displacer?

viernes, 3 de febrero de 2017

Redes sociales & The Millennial Question (Esto no es para ustedes)

El video que sigue más abajo no es para ustedes. Es para la profesora María Marta, que se interesó en el tema de las redes sociales y sus influencias, un tema que indudablemente es de candente actualidad si decidimos estudiar Ciencias de la Comunicación. Sinceramente se lo hubiese enviado por mensaje privado en Facebook... Pero como ella se resiste a hacerse una cuenta, me pareció que usar este medio no dejaba de ser una buena opción.

Por supuesto que, si de todos modos quieren ver este video, o incluso si desean comentar algo... creo que también ustedes lo encontrarán sumamente interesante.

jueves, 2 de febrero de 2017

Acerca del Zen (I): Estéticas y lógicas alternativas

Hay una idea que propone Daniel Lutzky que acaso les guste: dice que adherimos a una ideología por una cuestión estética, antes que racional. Lo cierto es que para acercarse al pensamiento de la filosofía zen, es necesario adaptarse a una estética muy diferente de la occidental. Por eso les dejamos aquí un par de fragmentos del film "Sueños", de Akira Kurosawa, con la intención de ilustrar un poco la cuestión. El primer fragmento se titula "El jardín de los duraznos" y dice mucho, tanto desde lo narrativo y lo simbólico como desde su estética, acerca de cómo se piensa en oriente. Porque, en efecto, la estética funciona a la manera de un espejo en cuyo reflejo una mirada más o menos atenta puede descubrir mucho. Comentario necesario: el primer video no tiene subtítulos ni está doblado. Suponemos que la mayoría de ustedes comprende el idioma japonés, pero por si alguno no lo dominase del todo, he aquí una reseña de lo que sucede: al comienzo el niño lleva unas vituallas a su hermana, que está reunida con unas amigas, pero al parecer ha contado mal y le sobra una porción. El pequeño está seguro de haber contado a una niña más, y protesta. Después ve a esta niña de nuevo, decide seguirla, y así llega hasta donde estaba el jardín de los durazneros. En este lugar se pondrá a llorar, porque los espíritus de los durazneros lo acusan de haber contribuido a su feroz tala. Sin embargo, uno de ellos lo defiende: dice que el niño ha sido el único que intentó salvar a los árboles cuando sus padres mandaron cortarlos. Entonces le regalan una última danza: la danza de los durazneros en flor. En cuanto a los otros dos videos, les ruego sepan disculpar el espantoso doblaje al español, pero es lo que encontramos.

Los textos que hay que leer para la próxima clase:
- Eugene Herrigel: El zen en el arte del tiro con arco. (Puntos 2 y 6)
- Toshihiko Itzutsu: El koan zen (no lo tenemos digitalizado, pero si querés bajarte algo sobre el tema, este libro del mismo autor es una muy buena opción).








viernes, 27 de enero de 2017

Bienvenidos. Racionalismo y las dos D: Dios y Descartes.

Bienvenidos al curso de verano de Psicología y Comunicación. A través de esta página sumaremos materiales para trabajar en el práctico de los martes y jueves, a cargo de María Marta Villalba y Germán Serain. Como saben se trata de un curso intensivo, de manera que recomendamos fervientemente que se mantengan al día con los contenidos. También recomendamos la asistencia a los teóricos, los días lunes de 19 a 21. La entrada es libre (o más bien: necesaria) y gratuita.

Los primeros materiales de lectura que ofrecemos se relacionan con el racionalismo cartesiano. Para ello ustedes tienen que leer las Meditaciones metafísicas de René Descartes (1641) como texto principal. Adicionalmente trabajaremos la Primera Parte del Discurso del método (1637) y un texto del anarquista francés Sebastién Fauré: las Doce pruebas de la inexistencia de Dios (1926). 

Sumamos además dos videos que nos ayudarán a comenzar a pensar en algunas cosas. El primero tiene escenas de un clásico de Woody Allen (Hanna y sus hermanas) y nos lleva a preguntarnos en qué medida creer en algo puede ser el resultado de un acto de voluntad. El segundo nos remite en cierto modo a los dioses de la antigüedad clásica, que se caracterizan por ser poderosos, pero también pasibles de ser dominados por las miserias propias de lo humano, tales como las pasiones, las contradicciones, e incluso la posibilidad del error. También podríamos pensar en aquel texto de Mario Benedetti que se compadece por la soledad de Dios... Los dioses en teoría no se psicoanalizan, pero...






Les dejamos finalmente una pregunta para que respondan en los comentarios de esta entrada: digamos que todos creemos en algo. Y que cada quien tendrá una concepción personal respecto de eso que algunos llaman Dios. La pregunta es: ¿Qué sucede si en realidad Dios termina siendo algo diferente de lo que vos creés que es? La pregunta aplica igualmente a quien se declare ateo, puesto que creer que no hay ningún dios también es en definitiva una creencia. ¿Qué pasa si creés que no hay... y resulta que sí? Como dice Chacho Echenique: "Me persigno por si acaso, no sea que Dios exista..." Y lo podremos acusar de cualquier cosa, menos de no ser prudente.