domingo, 5 de marzo de 2017

Experimentos sociales 3: Milgram

Les dejamos aquí tres videos que reproducen y explican lo que se conoce como el Experimento Milgram (Stanley Milgram es el nombre del científico que lo diseñó). Les pedimos que centren su atención especialmente en la actitud de los sujetos del experimento, pues esa actitud es realmente reveladora. En el caso del segundo video, se trata de un programa completo que mezcla la lógica del Experimento Milgram con la de un reality show televisivo. Las preguntas que se plantean es quién determina, en un contexto social, cuáles son las reglas a seguir y, sobre todo, cómo se asignan las responsabilidades relativas a una supuesta autoridad.

1 comentario:

  1. ¿Que estaría dispuesta a hacer si una figura de autoridad legítima me lo ordena? Vivimos en una sociedad tan egoísta que no somos capaces en ponernos en lugar de la persona que esta “sufriendo”. Los participantes ignoraban los gritos de dolor, e incluso hablaban por encima de estos (como mecanismo para aplacar la culpa), sometiéndose a las ordenes impuestas por la conductora y a las demandas del público. ¿Hasta qué punto la obediencia es ciega? Las conclusiones del experimento reflejan una cifra que no quiero aceptar, el 80% de los participantes terminaron el concurso provocando shocks fuertísimos.
    En este punto hay dos puntos sobre lo que me interesa reflexionar; el primero es la relación entre el concursante y el aliento del público. En términos de Milgram:
    "Situar a la víctima en otra habitación no sólo la aleja del sujeto sino que acerca al sujeto y al experimentador. Existe una incipiente función de grupo entre el experimentador y el sujeto, de la que se excluye a la víctima. En su condición remota, la víctima es realmente un extraño que está, física y psicológicamente, solo". (S. Milgram, citado por Bauman, op.cit.)
    La segunda cuestión que me llamó la atención fue la motivación y el fuerte impulso a obedecer las órdenes, ya que claramente no fueron los euros lo que alentaron a los participantes, sino que fue la aprobación de otro, en este caso, representado por la locutora, el público y la audiencia de manera más abstracta.
    No puedo terminar este comentario sin preguntarme ¿por qué accedieron a que sus imágenes salgan al aire? Una vez que conocieron la verdadera naturaleza del experimento y que de hecho quedaron totalmente expuestos, ¿acaso no sintieron vergüenza o culpa? Sera que los minutos de fama terminaron consagrando el éxito de su elección?

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